El mundo de las energías renovables ofrece diversas opciones para la participación ciudadana en la generación y consumo de energía.
Dos de las alternativas más destacadas son el autoconsumo colectivo y las comunidades energéticas.
Aunque a menudo se comparan, es crucial entender que no son mutuamente excluyentes; de hecho, pueden complementarse de manera efectiva.
En este blog, te explicaremos las diferencias y complementariedades entre autoconsumo colectivo y comunidades energéticas.
Autoconsumo Colectivo
El autoconsumo colectivo se refiere a un sistema en el cual varios consumidores comparten la energía producida por una o varias instalaciones de generación próximas a sus puntos de consumo.
Según la Guía de Autoconsumo Colectivo del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), «un sujeto consumidor participa en un autoconsumo colectivo cuando pertenece a un grupo de varios consumidores que se alimentan, de forma acordada, de energía eléctrica proveniente de instalaciones de producción próximas a las de consumo y asociadas a los mismos» (IDAE_Guia_Autoconsumo_Colectivo).
Esto permite a comunidades de vecinos, polígonos industriales o pequeños centros urbanos beneficiarse de la energía generada en un punto común.
Las modalidades de autoconsumo colectivo permiten una distribución equitativa de la energía mediante coeficientes previamente establecidos, asegurando que cada participante reciba una porción de la energía generada proporcional a su consumo o inversión.
Este sistema puede realizarse con conexiones en red interior, mediante líneas directas, o a través de la red pública, siempre que se cumplan los requisitos legales (IDAE_Guia_Autoconsumo_Colectivo).
Comunidades Energéticas
Por otro lado, las comunidades energéticas son organizaciones formadas por ciudadanos, empresas y/o entidades locales que se unen para gestionar la energía de forma conjunta, abarcando desde la generación hasta el consumo, pasando por la distribución y almacenamiento.
Estas comunidades pueden incluir múltiples proyectos de autoconsumo colectivo, parques eólicos, instalaciones de biogás, y otras iniciativas renovables.
Una comunidad energética se centra en empoderar a sus miembros y en promover un modelo energético más sostenible y justo, permitiendo la participación activa en la transición energética.
Según el IDAE, las comunidades energéticas pueden actuar como representantes de los consumidores asociados en proyectos de autoconsumo colectivo, facilitando la gestión y optimización de la energía generada y consumida (IDAE_Guia_Autoconsumo_Colectivo).
Complementariedad entre Autoconsumo Colectivo y Comunidades Energéticas
Es fundamental comprender que el autoconsumo colectivo y las comunidades energéticas no son conceptos opuestos, sino que pueden integrarse de manera sinérgica.
Una comunidad energética puede gestionar varias instalaciones de autoconsumo colectivo, optimizando el uso de recursos y maximizando los beneficios para sus miembros.
Además, la flexibilidad y adaptabilidad de las comunidades energéticas permiten incorporar diversas fuentes de energía renovable, ampliando el alcance y el impacto positivo sobre el entorno.
En resumen, mientras que el autoconsumo colectivo se enfoca en la generación compartida de energía para un grupo específico de consumidores, las comunidades energéticas abarcan una visión más amplia de la gestión energética comunitaria, promoviendo la sostenibilidad y la participación ciudadana.
Ambas estrategias, lejos de competir, pueden y deben integrarse para avanzar hacia un modelo energético más eficiente y sostenible.
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